A medida que el número de los monjes iba creciendo a finales del siglo XVII el antiguo Refectorio ya no correspondía a las necesidades del monasterio. En su lugar en 1686-1692 según la orden directa de Pedro I fue construido otro con la iglesia a San Sergio adosada. El templo fue consagrado por el patriarca Adrián en 1692, precisamente en el año del tercer centenario desde la muerte del Santo.
Una rica decoración del templo, llamado el Refectorio a secas, su radiante pintura de la fachada, abundancia de columnas talladas de piedra y las molduras conjuegan armoniosamente con el designio inimitable. A pesar de tener una superficie extraordinaria - 510 m2 - el Refectorio se cobija bajo una sola bóveda que, cuesta trabajo creerlo, no tiene ningún apoyo intermediario. Es un caso excepcional en la arquitectura rusa hasta el final del siglo XVII. La iglesia fue pintada varias veces y lo que podemos contemplar ahora se remonta a 1911.
Según nos cuenta la hagiografía de San Sergio, una noche mientras estaba de oración se vió digno de la visita celeste, es decir, se le presentó María Santísima con dos Apóstoles: San Pedro y San Juan el Teólogo. La Virgen le prometió la protección y prosperidad del monasterio hasta tras su muerte. Conmemorando este ineluso acontecimiento en 1734 el número de los templos aquí aumenta a uno. Así aparece la iglesia de San Miqueo - alumno del Santo - que también precenció la escena milagrosa. Sus restos descansan bajo el suelo del templo y aquí el 6/19 de mayo se celebra una ceremonia solemne. |